El Trigo de Punta a Punta

Expertos de todo el país hablan de cómo encararlo este año. El manejo, las novedades y la comercialización.

Por Juan Martínez Dodda
MAR DEL PLATA. ENVIADO ESPECIAL

Como sin querer mirar demasiado lo que ocurre en las pizarras (en realidad, con la comercialización), el trigo avanza a paso firme en el laboratorio (con genética y desarrollo biotecnológico) y en el lote (ajustando manejo). “Con las herramientas disponibles aún nos queda mucho por crecer”. Así lo transmitieron importantes referentes de la producción triguera nacional consultados por Clarín Rural , quienes avizoran un futuro auspicioso para el cereal de invierno y brindaron interesantes consejos para seguir creciendo.

Emilio Satorre, coordinador académico de la Unidad de Investigación y Desarrollo de AACREA, afirmó que hay tres razones para insertar definitivamente el trigo a los sistemas de producción. “La cobertura que da a los demás sistemas productivos y permite una mejor administración del agua; el aporte de materia orgánica; y la contribución a la diversificación de los planteos, reduciendo el riesgo de las empresas”.

El reconocido consultor Jorge González Montaner también hizo referencia a la importancia del agua para el cultivo de trigo. Y alertó: “Con 20 centímetros seco en el suelo está bien, pero es difícil que las raíces logren superar las dificultades si hay 50 centímetros o más”. Para moderar esto, Montaner recomendó trabajar con las densidades. “Cuando se baja de 3.500 kg/ha es mejor usar densidades 30% menores que las normales”, dijo.

Montaner destacó los resultados obtenidos a partir de la utilización de curasemillas y promotores de crecimiento (PGPR, según su sigla en inglés) que activan el desarrollo radicular a través de hongos (micorrizas) o bacterias (azospirillum, pseudomonas, etc). “Son muy buenos los resultados con curasemillas cuando llega el momento de macollaje y con promotores se obtiene de 4% a 8% de aumento en rendimiento”, dijo.

“El trigo, en realidad, se llama trigo/soja (de segunda), y esto es así en todas las regiones del país e incluso en el sudeste de Buenos Aires, a pesar de ser un lugar en donde la soja de segunda tiene un comportamiento errático muy asociado a la fecha de siembra”, remarcó Pablo Calviño, encargado de vislumbrar el panorama para el cereal en el sudeste bonaerense, durante el último congreso A todo Trigo, realizado la semana pasada en Mar del Plata.

Entre los elementos destacados para lograr un buen “combo”, Calviño destacó, en diálogo con Clarín Rural , que “cada ambiente tiene su fecha ideal de siembra”. Por eso, “es importante dejar de trabajar de alambre a alambre y empezar a tener en cuenta la posición topográfica y el riesgo de heladas”. Traducido en plata, “si se adelanta un mes la fecha de siembra, la cosecha puede adelantarse unos siete días y eso representa unos 70 dólares/ha más”, indicó.

Otro tema importante a tener en cuenta es el sanitario. “Las variedades que se usan actualmente están teniendo problemas de infestaciones tempranas, de modo que el productor ya no puede quedarse tranquilo con la tradicional aplicación en hoja bandera. Hoy hay que monitorear y pensar que puede hacerse en dos nudos”, advirtió Calviño. Pero a futuro, el consultor destacó la rentabilidad que da hoy lograr una buena “tecnología de procesos”; esto es, “lograr la mejor combinación de las tecnologías ideales para cada ambiente”.

En el oeste bonaerense, el asesor Gustavo Duarte consideró fundamental definir la estrategia según el porcentaje de arena de los suelos: “Con más del 70% de arena hay que pensar en rindes bajos y buscar un cultivo más defensivo”. Otros de los elementos que pesan a la hora de decidir el rendimiento alcanzable son el agua a la siembra (“hay que medir, porque es lo que explica el 30% de la variabilidad de los rendimientos”), las coberturas (“hemos detectado pérdidas de 12% del rendimiento en lotes que tienen más de 10 toneladas de cobertura”) y nutrición (“la secuencia fósforo, nitrógeno y azufre, es importante, pero también potasio en caso de ser necesario, promotores de crecimiento y zinc como valor exploratorio”).

Duarte consideró que a pesar del crecimiento de la agricultura en la región, “todavía, cuando uno compara el rendimiento potencial con el cosechado, la diferencia es de aproximadamente una tonelada”. Y concluyó: “Es una brecha que se puede achicar con el paquete de herramientas disponible”.

Guillermo Bernaudo, asesor del CREA La Paz, Entre Ríos, se refirió a la rentabilidad del trigo en esa provincia. Las 250.000 hectáreas sembradas con el cereal representan solo el 2% o 3% del total implantado en la provincia y “podrían duplicarse tranquilamente”.

Bernaudo consideró que el esquema trigo-soja de segunda asoma con “muy buena rentabilidad” esta campaña, “superando al maíz, que también tiene buenos números”. Advirtió, de todos modos, que “no hay que cebarse con planificar una cantidad de hectáreas que luego no se puedan sembrar en fecha, como ocurrió los últimos dos años”, porque “se termina afectando a la soja, un jugador clave en la dupla, que pierde 200 o 300 kilos si se siembra a comienzos de diciembre en vez de a fines de noviembre”. En cuanto a enfermedades, claves en la zona, Bernaudo destacó que una buena forma de cuidarse de ataques de fusarium es diversificando variedades y fechas de siembra.

Fuente: Clarin.com, Argentina, 13 de mayo de 2011.

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